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LA VÍA LÁCTEA EN UNA CAJA

Recuerdo, cuando era pequeña, las noches tumbados en el frontón de mi pueblo, contando chistes y viendo estrellas. 
La Vía Lactea, la Osa Menor, La Osa Mayor, la estrella Polar...

Para todos aquellos enanos y enanas que aún no han tenido la suerte de ver las estrellas como debe ser, SIN LUCES DE CIUDAAAD!!!, vamos a hacer esta manualidad, con historia de amor incluida.



¿Qué es la Vía Lactea? 
La Vía Lactea es la galaxia en la cual vivimos.
Es una galaxia en forma de espiral, y contiene más de unas 200 billones de estrellas, incluyendo nuestro sol.
De noche podemos ver la Vía Lactea como una banda espesa de estrellas en el cielo.
Nosotros vivimos cerca de las afueras de la Vía Lactea.

En España, la vía Láctea también se conoce como Camino de Santiago. Esto es debido a que los peregrinos la usaban para guiarse hasta Santiago de Compostela. De hecho, la palabra “Compostela” en latín significa “Campo de estrellas”.



En China y demás países asiáticos, la Vía Láctea, se conoce como el Río de Plata. Hay una bonita historia de amor detrás de este nombre.
En concreto, se trata del cuento de “La princesa y el pastor”, que es muy popular en toda Asia. Hay muchísimas versiones de esta leyenda que abarca tantos países, como podéis suponer.
“La princesa y el pastor”


Zhinu (nombre chino, representada por la estrella Vega),era la hija costurera de un Emperador, que trabajaba cosiendo telas magníficas a la orilla del Río de Plata. La princesa trabajaba tanto que no tenía tiempo para enamorarse, lo cual la ponía muy triste. Su padre, preocupado, concertó una cita con un pastor llamado Hikoboshi (nombre chino, representado por nuestra estrella Altair), que vivía al otro lado del río.
Se enamoraron en seguida y se casaron, y a partir de ahí ambos empezaron a descuidar sus trabajos, ella sus telas y él su ganado, que se desperdigó por el cielo. Fue entonces cuando el Emperador, furioso, separó a los amantes, uno a cada orilla del río, para que volvieran a sus tareas. Fue tal la tristeza de la hija, que su padre, conmovido, le concedió el poder ver a su marido una vez al año: el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar (primer cuarto lunar en torno al mes de agosto). La leyenda cuenta que ese día, una banda de urracas y cuervos forman un puente sobre el río para que los enamorados puedan encontrarse. Sin embargo, sólo podrán verse si no llueve, lo que simboliza que el Emperador está contento con el trabajo de su hija.



Este día se celebra en países como China, Corea o Japón, en la festividad conocida como Qi xi (“la noche de los sietes”), y es el equivalente asiático a nuestro San Valentín.

Vía Lactea dentro de una caja!

Necesitaremos: Una caja a ser posible rectangular, folio azul, aguja, pegamento, y tijeras o cuter.
1. Cortamos la caja, en el luga donde pegaremos el folio de la Vía Lactea.

2. Y en la pared contraria de la caja recortaremos haremos la forma para acomodar nuestra cara intentando que no se cuele mucha luz cuando miremos a través de este hueco. 




3. Con una aguja, y con mucho cuidado de no romper el folio al ir taladrandolo, iremos haciendo la Vía Lactea, copiándonos de la foto original.




4. Forramos por dentro la caja con folios de color azul, pegamos el folio con nuestra Vía Lactea en el fondo de la caja, y por ultimo decoramos la caja por fuera con el dibujo de Vega y Altair y su historia de amor.

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